Ni las cosas salen solas ni las ideas deben ser caras

20 de mayo de 2015 El Viajero

Ni las cosas salen solas ni las ideas deben ser caras

El diseño es necesario, casi imprescindible, pero no por ello debe asociarse siempre a precios desorbitados e inalcanzables para la gran mayoría.

Podemos decir que todo esto ya viene de lejos, desde que el ordenador llego a las casas y empezamos a ver aquellos letreros de comercios con el famoso texto ondulado hecho en word art. Ahora, son webs que se diseñan solas, logotipos que se cogen de aquí o de allá y se «sacrilegian», carteles que se copian de internet para cambiar sólo los textos, imprentas online que te ofrecen «diseños personalizados en 5 minutos a partir de plantillas standard». Si, han oído bien, diseños personalizados a partir de plantillas standard. A mi tampoco me cuadra mucho. Al final, todo esto es como si en vez de ir al dentista, cogiésemos el botiquín de casa y nos arreglásemos una caries nosotros mismos. Nos pensamos que con cualquier cosa podemos tirar para delante, no le damos a nuestra imagen el valor y la utilidad que tiene, y nos mostramos al cliente o público de cualquier manera, y eso a la larga es más doloroso que una caries.

Desde siempre, el diseño ha sido una herramienta a la que le ha costado abrirse hueco entre las partidas presupuestales de una empresa o negocio. Cierto es que gran parte de culpa la tienen aquellos que un día decidieron que las ideas tenían que ser caras ya de por si, independientemente de si fueran buenas o malas. De aquellos que hicieron ver que la publicidad, el branding o la cartelería, debía pagarse a precio de oro, porque sólo ellos eran capaces de obtener la solución perfecta para promocionar o lanzar un producto, marca, servicio,… De aquellos que siempre han vendido sus estudios y agencias como los templos de la creatividad, mostrando sus creaciones como grandes obras de arte, firmadas por ellos, pero creados en la sombra por becarios, estudiantes en prácticas,… Proyectos llevados a cabo, en definitiva, por personal novicio y mal pagado, que para más «inri» incluso utilizan ordenadores con programas piratas como todos, pero que terminan vendiéndose como si fuera oro.

Durante mucho tiempo, la creatividad y el diseño se han asociado a cifras desorbitadas, a trabajo fácil y poco costoso, y esa etiqueta es hoy por hoy muy difícil de eliminar. Los pequeños negocios, en la mayoría de los casos, no quieren ni oír hablar del creativo. Es habitual la empresa que, basada esa creencia, a la hora de crear cualquier cosa, tiran de un sobrino al que le gusta el photoshop, de una secretaria que hace de todo,… y con eso salen a delante.

"Gran parte de culpa la tienen aquellos que un día decidieron que las ideas tenían que ser caras, independientemente de si fueran buenas o malas."

Pero existe un diseño serio, profesional, que en ocasiones podrá no dar con la solución buena, ya que esto no es una ciencia exacta, pero que ofrece su trabajo y sus años de experiencia a precios comprometidos con una realidad más ajustada. Un trabajo hecho por pequeños estudios o diseñadores liberales, que atesoran años de bagaje profesional, y que valoran su trabajo, no como grandes joyas de la sabiduría universal, sino ajustándose a otros parámetros como las horas de dedicación al proyecto, la tipología y coste de producción, e incluso a los recursos económicos de la empresa, buscando adaptarse a la idea más sostenible para ellos, y no a la que más dinero puede costar.

El diseño, la creatividad y la publicidad, son por tanto imprescindibles para toda marca o negocio, por pequeño que sea. No se puede dejar de lado y hay que dedicarle los recursos necesarios, pero ello también puede hacerse de una forma más ajustada. Hay que romper el cliché de que el diseño es malgastar el dinero. Pensar que, de la forma adecuada, tu imagen puede aportarte mucho a tu negocio. Y buscar esos profesionales comprometidos, responsables,… que te van a ofrecer su trabajo ajustándose a una verdad. Tu viaje y el de tu empresa siempre se tienen y tendrán que apoyar en otros profesionales que son imprescindibles, ya sea un electricista, un abogado, o un creativo, simplemente hay que buscar a los profesionales adecuados, a los que mejor te entiendan y más se adapten a tus necesidades, pero nunca prescindir de ellos,… porque ni las ideas tienen que ser caras, ni las cosas se diseñan solas, ni el sobrino podrá solucionártelo todo con el photoshop.

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